También se subraya la urgencia de que los derechos de la infancia se contemplen como parte integrante de los derechos humanos y relata diez metas: derecho a la vida, violencia, pobreza, familia, trabajo infantil, educación, derecho a la sanidad, discapacidad, justicia y nuevas tecnologías. Y que el niño aún no nacido tiene ya derechos fundamentales, incluido el derecho a la vida. No es una simple extensión de la vida y los deseos de sus padres, ni es de su propiedad. Recalca que es preciso preparar a los jóvenes para que comprendan todos los aspectos de una paternidad responsable.
Los chavales forman casi la mitad de los mortales que coexisten en la indigencia mas extrema. Ante la gran fragilidad de los chiquillos que moran en las grandes metrópolis que, en el año 2025 será del 60% de la población infantil del mundo en vías de desarrollo. Según los datos del Child Rights Information Network, uno de cada tres niños esto es, 640 millones de chiquillos, no disfrutar de un casa signa en los países del Tercer Mundo. La investigación no echa en saco roto que se deben resguardar a los críos del alistamiento en las conflagraciones bélicas, de la explotación sexual y de la obscenidad.
Sobre las medidas que se toman para tutelar a las criaturas maltratadas, la investigación se ha referido a la trascendencia de valorar las aptitudes didácticas de los progenitores.
El papa Benedicto XVI ha solicitado el respeto de la inviolable dignidad y de los derechos del niño, el reconocimiento de la misión fundamental de la familia en la educación y la necesidad de un ambiente social estable que pueda favorecer el desarrollo psíquico, cultural y moral de cada niño.
Clemente Ferrer
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