Las autoridades galas detectaron que esta compañía estaba produciendo prótesis con una silicona contraria a la comunicada. Según los análisis llevados a cabo, contenía un gel de inferior calidad y con mayor poder irritante y una tasa de roturas más elevada, que está en un 5%, cuando lo normal oscila entre el 0,5% y el 1%.
La silicona utilizada contiene, según las investigaciones llevadas a cabo, un aditivo para combustibles y material de navíos (Basylone) y otros dos utilizados en la fabricación del caucho (Silopren y Rhodorsil).
Jaume Serra, cirujano plástico del Hospital Virgen del Consuelo, afirma que cuando un implante se desgarra, el gel de silicona sale a los tejidos más próximos. "A algunas personas no les ocurre nada y a otras pueden pasarle varias cosas: que el líquido forme una especie de cápsula alrededor del implante o que aparezcan nódulos linfáticos". La afectada advertirá hinchazón y dolor.
Un proceso que, según el doctor Serra y Eva Giménez, portavoz de "Afectadas por prótesis PIP", podría evitarse eliminando todas las prótesis como medida protectora, tal y como indica el Gobierno galo.
Sin embargo, el Ministerio de Sanidad sugiere ponerse en contacto con el cirujano responsable para organizar un calendario de revisiones periódicas y sólo si se localiza la desgarrón de las prótesis, debe procederse a su extirpación. Como refiere Andrew Kabsley, ministro británico de Sanidad, "no existen evidencias de un vínculo con el cáncer [aunque tampoco se descarta] ni se ha demostrado toxicidad, por lo que no hay motivo para la retirada rutinaria de estos implantes".
Cabe recordar una información, aparentemente trivial, que produjo más efecto que una campaña publicitaria destinada a la detección precoz del cáncer de mama. En Estados Unidos la noticia del descubrimiento de sendos cánceres de mama en las esposas del presidente Ford y del vicepresidente Rockefeller, propició un aumento de esta enfermedad porque las mujeres, alarmadas, acudieron a realizarse mamografías y así se detectaron cánceres que de otra forma no se habrían descubierto.
Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com