Sr. Director:

Juventudes del tripartito catalán y homosexuales, contra la Iglesia, leo en la portada de la Razón del 2 de marzo, y me alucina su manera de manifestarse, pues, calificando a la Iglesia Católica como historia de una imbecilidad ilustrada, tiran piedras contra su mismo tejado.

Que yo sepa, los insultos y la burla nunca han sido una forma de defender postura alguna y menos en estos tiempos de tolerancia y respeto. A este colectivo que tiene una visión tan ridícula de los sacerdotes como la que muestran en su pancarta, quisiera decir que quien diga que los homosexuales son malos -palabras que ponen en la pintura de un cura ridiculizándolo- está en un error, y un cura lo primero que hará es respetarlos como personas que son, aunque no aliente esta opción divergente de la condición natural humana.

Por eso, entre otras cosas, no me parece adecuado ni educado el comportamiento obsceno e hiriente de algunos manifestantes. Personalmente, creo que si estuvieran en la verdad la defenderían con otra actitud más democrática (además, estaría legalmente permitido disolver una concentración que altera el orden público, ya que esta impidió el desarrollo de las actividades -en este caso, de la catedral de Barcelona- en donde no se pudieron celebrar Misas y que tuvo que cerrar sus puertas por seguridad).

Por cierto, que yo sepa, Cristo no fue gay, en ningún escrito de reconocida historicidad se encuentra recogida esta afirmación. Si no comparten el catolicismo y la realidad que defiende la Iglesia -aparte de otros muchos que no son católicos-, vale, pero que no se inventen las cosas ni quieran cambiar la doctrina de Jesucristo,... ¡Ah! y un poco más de buena educación.

Amparo Vidal

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