En el PP han decidido prescindir del teléfono móvil habitual. En su lugar, algunos ya utilizan las tarjetas prepago, que todavía permiten las comunicaciones sin ser identificado. El motivo es la psicosis existente en el partido ante los posibles pinchazos.
En particular, los populares temen el rigor de Juan Antonio González, el jefe de la Policía Judicial y compañero de cacería del juez Garzón y del dimitido ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo.
No sabemos si en una escucha González sacaría información suficiente para una denuncia, pero sí está claro que la intervención de las comunicaciones ofrecería datos jugosos no relacionados directamente con el objeto de la investigación. Por ejemplo, sobre las estrategias del partido.