Sr. Director:
Como que uno de los puntos clave en el congreso que el partido socialista está celebrando es el laicismo, me parece conveniente hacer una reflexión. "Exiliar a Dios es exiliar a la razón" afirmó hace unos días el Cardenal Cañizares.
Para evitarlo dijo también que "la garantía de toda convivencia y acuerdo entre los hombres consiste en el actuar según la razón, lo que ocurre en la medida en que se actúa en conformidad a la naturaleza de Dios." Y es que un mundo que reconoce Dios como el centro de la historia y de la existencia no es un rebajamiento del hombre sino una actitud que lo conduce al nivel más alto de su condición humana y reclama el crecimiento de la razón.
Pero un mundo secularizado, "más propenso a olvidar a Dios que a reconocerlo", en el que Dios es reducido al silencio, es un mundo más propenso al pragmatismo que a la esperanza, al egoísmo más que al amor, al cálculo que a la generosidad. Desgraciadamente estas propuestas nos las estamos encontrando, cada día más, en nuestra sobresecularizada sociedad y, que al parecer, el partido que nos gobierna se está empeñando que mantener cuando no en ampliar.
JD Mez Madrid
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