Las oposiciones a profesor han sido un proceso falto de rigor en el que los aspirantes han estado sometidos a los intereses del PSOE.
En principio, el Gobierno fijó un límite de plazas de reposición en función del ajuste fiscal. Las comunidades que lo sobrepasaron la convocatoria se toparon con un recurso de la Abogacía del Estado. Hasta que llegó Andalucía. El Gobierno cambió de criterio por interés electoral y de partido. El resultado: oposiciones sin restricción para todas las autonomías. Más gasto. Ya llegarán los recortes.
El problema es que lo habrán de hacer otros a los cuales estos, los responsables, llamarán de todo menos bonitos y provocaran que salgan a la calle.
Jesús Martínez Madrid