No logran controlar Internet así que han decidido comprarlo pero sin aparecer

 

A las grandes empresas, tan acostumbradas al 'lobby' periodístico de prensa, radio y TV, la profusión de pequeños medios en la red les pone muy nerviosos.

Y las grandes empresas han respondido así: te ofrezco publicidad pagada pero sin introducir anuncios o 'banners'.

Naturalmente, la ética impone que no se acepte tal situación. La independencia de un medio electrónico no carece de anuncios sino que el lector ve cuáles son. Pagar por no anunciar es la verdadera perversión que debe evitarse a toda costa porque entonces el lector desconoce quién está detrás de la financiación de ese medio.

La publicidad sin anuncios, es decir, el soborno a los medios por parte de las grandes empresas, no afecta tan sólo a la prensa independiente -la única independiente- de la WWW. También a los medios tradicionales de prensa, radio y TV. En este caso, la modalidad consiste en firmar acuerdos abiertos, generalmente anuales, sobre una cantidad fija, que el multimedia puede convertir en anuncios cuando le venga en gana. Es una forma aún peor de desvirtuar la publicidad dado que se no anuncia para vender -objetivo lógico para la publicidad- sino para asegurar unos ingresos fijos independientemente de las necesidades del anunciante. A cambio, los multimedia se cuidan muy mucho de publicar cualquier información que pueda molestar al pagador anónimo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com