-¿Un pitillito?
Zapatero reconoció que sí, que fuma, y el médico atacó de frente. ¿Dónde podía fumar el señor presidente, si va de espacio público en espacio público y la ley prohíbe fumar en todo espacio público? O sea, inquiría el malvado entrevistador, ¿que usted fuma en La Moncloa asomado al balcón? ZP reconoció que algo así, pero a Herrera se le olvidó recordar que el Palacio de La Moncloa está rodeado de jardines, y su ministra Leire Pajín también ha prohibido fumar en espacios públicos.
En el entretanto, 48 horas después de que la norma entrada en vigor, ya ha sido detenido un español -no ZP- por fumar en un hospital de Baracaldo (de donde el párroco de los chistes) y el alcalde Valladolid advierte contra la posibilidad de delaciones masivas. El siguiente paso será la prohibición de fumar en tu propio domicilio, una muestra más de la interferencia del Estado en el hogar.
Lo malo del puritanismo es que es contagioso, puro síndrome de Estocolmo, en el que la víctima colabora con el verdugo. El puritanismo consiste en cambiar libertad por seguridad, algo parecido a lo que asegura la leyenda negra que hacían los colonizadores con los indios: te cambio tus riquezas por cristalitos de colores. Las dictaduras del futuro serán puritanas, como la sociedad anglosajona del siglo XIX: te cambio tu libertad por salud y seguridad. Como el indígena moderno tiene pavor al dolor y a la muerte, acepta de buen grado el canje. Al final se convierte en un esclavo y, encima, acaba descubriendo que nadie puede prometer ni seguridad, ni salud ni pervivencia, porque la vida es riesgo.... y si no es riesgo no es vida.
Ocurre lo mismo con el tráfico. No se trata de recaudar más con multas y sanciones sino de acosar al individuo para que quede claro la sentencia del país de las maravillas: lo importante es quién manda.
Fume, hombre, fume. El olor del tabaco relaja, es una verdadera maravilla. No haga como el viejo chiste del médico:
-Si quiere curarse debe dejar usted de fumar, de beber, adelgazar 20 kilos, levantarse a las 6 de la mañana y hacer gimnasia una hora al día.
-Oiga doctor, ¿y usted cree que así viviré más?
-Si vivirá más no lo sé, pero el tiempo que viva... ¡se le va a hacer de un largo...!
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com