Emilio Botín siempre ha dicho que el Santander es un banco "familiar". Ahora bien, sin confundir ‘lo suyo' con lo de su hermano Jaime, accionista de referencia de Bankinter. Recordemos que Jaime Botín abandonó el consejo del Santander, más que nada para irse a navegar por esos mares en su goleta de tres palos.
Además, como se trata de una propuesta que modificaría –aunque no mucho, la fisonomía del Grupo, más por los fulanismos que por el tamaño de ambos contrayentes (el grupo Santander capitaliza 91.000 millones de euros, por 10.300 Banesto, frente a los 5.600 de Bankinter), por no hablar del peculiar estilo Bankinter, un banco tan moderno como peligrosamente apalancado, muy susceptible, por tanto, a las tormentas de tipos y difícil de integrar en una estructura mayor a la que tampoco aportaría mucho negocio. En definitiva, el equipo d Alfredo Sáenz desaconseja la operación.
Ahora bien, si los intereses familiares lo exigen, don Emilio tendrá que ceder en su mandamiento favorito: "Lo que no son cuentas, son cuentos".