Sr. Director:
Hablar de la historia del congreso mexicano, es hablar de su sometimiento al poder ejecutivo, salvo honrosas excepciones. La última época fue la etapa priista que duró casi 75 años en la que el presidente decidía todo, tantos los diputados y senadores eran los levantadedos para aprobar todas las iniciativas del presidente.
Antes la elección de los diputados no tenía la menor importancia puesto que estos solo aprobaban las iniciativas del ejecutivo, lo importante era la elección del presidente.
Esta situación ha cambiado radicalmente, ahora el presidente se encuentra atado de manos por el cambio en la composición de los diputados que tienen su origen en diferentes partidos. Antes predominaban los diputados del PRI, ahora ningún partido tiene mayoría, por lo que forzosamente se tienen que aliar para lograr pasar las reformas.
Se supone que los diputados son nuestros representantes en el congreso, que defienden los intereses del pueblo, pero la triste realidad es que no lo hacen, solo defienden los intereses de cada partido y por otro lado no tienen la capacidad para entender la realidad que vivimos los mexicanos, carecen de la capacidad para defender su propia actuación en las cámaras.
Tuve un compañero en la maestría que se postulo como diputado por el PRD y me dijo "Lo fundamental es llegar al puesto, una vez que estemos ahí, veremos que hacemos".
Los problemas del país son tan grandes que no tenemos derecho a confiarle las grandes decisiones que el país requiere a verdaderos improvisados, como son los actuales diputados y senadores.
Tenemos 40 años queriendo hacer una reforma fiscal integral que le lleve los suficientes recursos al gobierno para sacar al país adelante, pero ha predominado en la cámara la tibieza, la cobardía y la mediocridad que no se atreven a ponerse a la altura de las circunstancias del país.
Tenemos 35 años queriendo hacer la reforma energética y siempre hay diputados que se oponen a ella para defender intereses ideológicos.
Todas las economías emergentes han hechos las grandes reformas y eso los ha llevado a crecer a tazas aceptables, en cambio México se mantiene estancado, por la tibieza de nuestros diputados.
En estas economías emergentes han establecido los impuestos al consumo, aquí nuestros diputados le tienen miedo hacer lo mismo. Pero es lo único que ha dado resultado.
Nuestros diputados piensan en función de los intereses de sus líderes de su partido, no en función de quienes les pagan.
No conforme con eso, la cámara de diputados es de las más improductivas en el mundo, por ejemplo en la legislatura LX de 673 iniciativas de reforma presentadas solo se aprobaron 36 y ninguna de ellas es fundamental.
Por otro lado, nuestros diputados solo trabajan 195 días al año, mientras que los norteamericanos trabajan los doce meses, los canadienses trabajan 10, los de España, Italia y Francia lo hacen por lo menos nueve meses al año. Incluso, los legisladores de los estados de Michoacán y Baja California, trabajan durante 12 meses.
Otro problema es la abundancia de diputados, son 500 para los 105 millones de habitantes que somos, mientras que en Estados Unidos son 228 diputados para 300 millones de habitantes.
Para acabarla de rematar, son ellos los que se asignan los sueldazos como ningún otro congreso en el mundo, solo están por debajo de los diputados de Estados Unidos, pero están muy por arriba de todos los diputados europeos y latinoamericanos.
Somos un país que tiene 50 millones de personas en extrema pobreza, que no sabe si hoy va a desayunar o a comer o a cenar. Un país en el que el salario mínimo es de $50.57 pesos/día o $7.86 pesos/hora contra el de Estados Unidos que va de $60.00 pesos/hora hasta $200.00 pesos/hora.
Cada uno de los 500 diputados federales de San Lázaro cobra una salario mensual de 148 mil 446 pesos.
Seguramente nuestros diputados pueden dormir tranquilos a sabiendas de que existen 50 millones de personas en extrema pobreza.
El problema es que ellos no tienen una autoridad superior que los sancione o que los rectifique en forma efectiva.
Ni el poder ejecutivo ni el poder judicial puede invadir las atribuciones del legislativo.
La mediocridad de los diputados no va sola. Para que esta exista se requiere de la mediocridad de quienes los seleccionaron, pero también de quienes votamos por ellos.
Aquí entramos todos, incluyendo quienes se abstuvieron de votar. Estos últimos decidieron que otros votaran.
Nadie tiene derecho a deslindarse de los diputados que tenemos, todos participamos en su elección de una u otra forma.
Se puede alegar que fue nuestra ignorancia la que nos orillo a votar por tal o cual diputado, pero eso no nos exime de responsabilidad ante la historia.
Hay otro actor importante que tiene una enorme responsabilidad por las decisiones que tomamos los mexicanos, me estoy refiriendo a los medios de comunicación.
También en estos hay mediocridad, se conforman con describir lo que ven, pero no nos informan de lo que necesitamos saber para hacer una buena elección, no nos orientan, tampoco nos educan, tal y como lo establece la ley federal de radio y televisión vigente.
Tradicionalmente han dedicado la mayor parte de los espacios noticiosos a la elección presidencial y casi un nulo espacio a la de los legisladores, siendo que ahora es más importante esta que la misma presidencial.
Algo que los analistas no toman en cuenta a la hora de diseñar sus programas es que la población apenas llega al séptimo grado de escolaridad, situación que nos aleja de un entendimiento profundo de la situación política del país.
Los mismos periodistas no conocen los temas a profundidad como para entrevistar a los principales actores de la política nacional, por lo general se nos desorienta.
¿Qué podemos hacer?
A nivel personal podemos hacer mucho.
En primer lugar, debemos exigir a los medios de comunicación, a las instituciones de educación y a las mismas autoridades del país que se diseñe un proyecto de nación. Necesitamos saber hacia donde nos dirigimos como nación y en base a eso debemos establecer los caminos para transitar hacia la escena ideal.
La triste realidad es que no existe nada de eso y por lo mismo, cada quien camina para donde uno quiera.
La presidencia va hacia un lado, los legisladores hacia otro, los partidos hacia otro, los medios de comunicación tampoco tienen un proyecto nacional, estos solo siguen sus propios intereses, las instituciones de educación tampoco tienen un proyecto de nación y los ciudadanos comunes y corrientes están en su gran mayoría confundidos y decepcionados ante la anarquía que se siente a nivel nacional.
Urge el surgimiento de un verdadero líder con la suficiente visión hacia el futuro, que nos diga qué país podemos construir entre todos.
Algo que podemos hacer es crear las ideas que puedan aplicarse en los diferentes escenarios y escribirlas a todos los medios de comunicación posibles para compartirlas con todos los ciudadanos y de esa manera discutirlas hasta encontrar las que realmente puedan ser aplicadas para resolver los diferentes problemas del país.
Solo a través de los medios se podrá ejercer una influencia poderosa sobre las cámaras para que estas realmente representen los intereses del pueblo.
Actualmente quienes determinan los contenidos en los espacios de radio y televisión son las grandes empresas que llenan los espacios con publicidad. Y eso depende de que programas uno como público vea, si vemos solo programas reality Show, ahí se irán las grandes empresas para anunciar sus productos, si por el contrario, vemos una buena programación, y si los promovemos como público y corremos la voz de que tal o cual programa merece ser visto por toda la gente, estaremos promoviendo las mejores causas y las empresas también apoyarán con su publicidad.
Otra opción es crear nuevos medios de comunicación en los cuales se cumplan todas las funciones, tal y como lo establecen las leyes.
Es indispensable crear nuevos medios de comunicación con los cuales se pueda promover el entendimiento entre los gobernantes y los gobernados y entre los unos y los otros.
Es un desperdicio criminal usar los medios para trasmitir solo basura informativa.
Es importante presionar a los actuales diputados y senadores para que realmente representen los intereses del pueblo, y dejen atrás los intereses de los partidos o los intereses personales. A los medios les corresponde promover a los legisladores que realmente cumplen y votan por las mejores iniciativas, es también necesario poner en evidencia a quienes privilegian a quienes no están a favor de México.
Se puede alegar que los medios también tienen sus grandes intereses, pues si, pero en estos hay infinidad de espacios en los que se puede hablar de todo con entera libertad.
La mayor parte de los programas de radio y televisión, incluyendo los espacios en los periódicos y revistas tienen su correo electrónico a los cuales se puede escribir y mediante estos se puede hacer uno oír y manifestar todas nuestras inquietudes.
En la medida de que tomemos responsabilidad podremos generar ideas nuevas que con el tiempo puedan ser tomadas en cuenta para aplicarlas a la creación de un México diferente.
Es indispensable ir preparando a los electores para las próximas elecciones legislativas del 2009, para hacer la mejor elección y de alguna manera que nos garanticen que van a hacer las reformas estructurales que tanto requiere este país.
Aquí los medios pueden jugar un papel muy importante, es posible que sea determinante en ese sentido.
Los ciudadanos comunes y corrientes no tenemos derecho a dejar ir esta oportunidad que existe en los medios de mayor libertad como nunca antes en la historia del periodismo para participar en la construcción de un México mejor.
Como ciudadanos estamos obligados a desterrar toda mediocridad de nosotros mismos para poder tener la autoridad moral de exigir que también sea desterrada de los legisladores y de los medios de comunicación.
Aprovechemos esta grandiosa oportunidad.
Algo para la reflexión:
Los mediocres con poder son peligrosos, pero también sos los iluminados.
Los medios de comunicación han dejado de ser el cuarto poder, ahora son el primer poder.
En tan solo unos instantes se puede comunicar algo importante al pueblo entero.
Por lo general los medios hablan en gran medida de lo que los políticos hacen mal o dejan de hacer.
Es tiempo que los medios se ocupen de los problemas reales, de las aspiraciones de los pueblos y de lo que todos podemos hacer para crear el bienestar para todos.
Todo cuanto existe a nuestro alrededor es nuestro en la medida de que contribuyamos a que estas mejoren. Los medios de comunicación no son la excepción. En la medida de que hagamos nuestra la televisión y hagamos propuestas para que mejoren los contenidos estaremos haciendo un acto patriótico.
Ernesto Paretida
ernestopp1@yahoo.com.mx