Los productores europeos de materias básicas para la elaboración de alimentos no pueden competir con los cultivos transgénicos y estos no paran de llegar a todos los países del mundo.
Desde que en 2004 acabara la moratoria contra la aprobación de transgénicos, los países miembros de la Unión Europea (UE) no han conseguido la mayoría suficiente para sacar adelante ni un solo expediente de nuevas autorizaciones, y en los casos de los nuevos OMGs autorizados ha sido la propia Comisión Europea (CE) la que los ha aprobado, al no existir consenso ni a favor ni en contra por parte de los países comunitarios.
En opinión de alguna OPA, este rechazo sistemático de algunos países a la aplicación y puesta en cultivo de determinadas variedades de OGM no se debe tanto a razonamientos científicos como a la acción mediática de determinados grupos de presión contrarios al avance de la biotecnología.
Mientras tanto la superficie mundial de transgénicos crece cada año y se acerca ya a los 140 millones de hectáreas, con Estados Unidos como principal productor con casi 65 millones de hectáreas, seguido de Argentina y Brasil, con 21 millones: Canadá, India, China, Paraguay y Sudáfrica. En total son 25 los países que cultivan transgénicos en la actualidad, siendo el maíz, la soja y el algodón los cultivos que experimentan el mayor crecimiento, sin que ninguna autoridad sanitaria ni científica haya advertido de riesgo alguno para el consumo humano y animal, ni para el medioambiente.
¿A qué esperamos en la UE para producirlos si igualmente consumimos productos biotecnológicos?
Domingo Martínez Madrid