Nuestro planeta tiene un satélite, la Luna, que con la luz de su plenilunio nos regala bellas imágenes que invitan a la reflexión sobre la belleza de la creación y su Creador; ha sido muchos años -hasta que Amstrong puso sus pies en ella- fuente de inspiración para poetas y enamorados.
Otros planetas tienen varios satélites, por ejemplo, el Grupo Planeta, potente empresa que cuenta con diversas editoriales, prensa, radio y TV; estos "satélites" intervienen con diverso signo en la vida social española, desde la impresionante lista de libros
editados hasta la bazofia de algún medio televisivo, como por ejemplo la reciente intervención en determinado programa de TV del inefable señor Leo Bassi, que ha ridiculizado hasta el extremo a Dios y a la Iglesia católica.
Parece claro que este "señor" busca publicitarse con salidas de pista como ésta, pero la libertad de expresión no da patente de corso para herir los sentimientos más íntimos de nadie.
En el universo se aprecia que un orden superior rige todo el movimiento del conjunto. Sería una pena que quien rige el "Planeta" del Grupo permitiese que su magnífica imagen, en un movimiento incontrolado, quedase eclipsada y, tal vez, seriamente dañada por la sombra de uno de sus más minúsculos "satélites".