Ya conocemos la fecha del inicio del cónclave, este martes, y muchos se preguntan, ¿qué preocupa a los cardenales
Los cardenales que han participado en algún cónclave coinciden en describir la experiencia como un momento de intensa comunión, en los que se trasciende las propias preferencias y se piensa en las necesidades de la Iglesia universal.
Los católicos son hoy una comunidad de 1.200 millones de personas extendida por todo el mundo. Un amplio porcentaje vive sometido a una persecución que según estudios difundidos desde la OSCE alcanza la desoladora cifra de ciento cinco mil cristianos asesinados cada año por su fe. Entre los puntos negros está Irak. No ha sido noticia estos días en los grandes medios la toma de posesión del nuevo Patriarca Caldeo, pero si se quiere buscar alguna pista sobre lo que centra los debates de los cardenales en Roma, resulta mucho más útil dirigir la atención a Bagdad, que no a las supuestas intrigas de poder en el Vaticano que relatan algunas crónicas.
El pontificado de Benedicto XVI prestó especial atención a las probadas comunidades de Oriente Próximo y/o China, sin dejar de denunciar la creciente presión que experimentan los cristianos en las democracias occidentales.
Cosas así son las que preocupan realmente a los cardenales, pero ciertos medios ignoran ese drama y dedican su tiempo a inventar intrigas vaticanas.
Pedro García