Lo oímos todos con la mayor naturalidad. Nadie se extrañó. Las primeras palabras del señor Romney, al reconocer su derrota ante Obama, fueron:
"Éste es un tiempo de grandes desafíos y rezo porque el presidente tenga éxito al guiar a nuestra nación".
Parece ser que los políticos americanos rezan y no se avergüenzan de decirlo en público. ¿Se imaginan aquí en España algo semejante? Todavía el pueblo soberano español -hay quien piensa que es un pueblo pagano- está esperando que alguno de sus representantes diga en público algo parecido.
Que no es lenguaje políticamente correcto, que tal actitud pertenece al ámbito privado, que en España hay una minoría no creyente, que algunos se podrían molestar al oír semejante confesión, etc. Bueno… ¿y qué? Vergüenza es lo que hay y algo más. Esta es una de tantas diferencias existentes entre una gran nación como EE.UU., y otra con un pasado de gloria y esplendor cuyos políticos actuales desconocen o parecen ignorarlo.
Miguel Rivilla San Martín