Sr. Director
Me hacen gracia los numerosos comentarios que se oyen estos días deseando que el nuevo Papa "adapte a los tiempos" la doctrina de la Iglesia en materia sexual.
Las infidelidades matrimoniales, el divorcio, la promiscuidad y la homosexualidad eran lo habitual en el Imperio Romano del siglo I cuando los primeros cristianos comenzaron la evangelización. También lo eran la esclavitud, las luchas de gladiadores (sacrificios humanos), el abandono de los niños recién nacidos y las ejecuciones públicas por motivos políticos y religiosos. Desde entonces, algo hemos mejorado, en buena medida gracias a los cristianos (es decir, a la Iglesia).
Yo me pregunto ¿no serán los que se oponen a la doctrina cristiana en materia de amor humano y defensa de la vida quienes deberían adaptarse al siglo XXI, en lugar de pedir al nuevo Papa que retroceda hasta los oscuros tiempos del paganismo precristiano?
Bartolomé Cuerda
bartolomecuerda@yahoo.com