Quiero escribirte lo que a mi hija, de edad parecida a la tuya, le hemos dicho su madre y yo.
Llevarás un tiempo escuchando cantos de sirena que te quieren hacer responsable de unos hechos que, por tu temprana edad, deberías consultar con tus padres.
Desconfía de los que han hecho de las promesas su modo de vida, para luego no cumplir con la palabra dada y que sólo buscan el voto para seguir en la poltrona. Su hombro siempre estará dispuesto a recibir palmaditas, halagos y parabienes; nunca para escuchar dudas y menos para manchar sus impolutos trajes con lágrimas de nadie.
En cambio ten por seguro que, ahora y siempre, el apoyo y el consejo más incondicional y desinteresado vendrá de quien la vida te dio y si es necesario la vida dará por ti.
Su hombro estará siempre dispuesto a escuchar tus dudas, problemas y a enjugar tus lágrimas, que se verán consoladoramente acompañadas por las de ellos.
Nunca dudes en consultarles, ambos te aconsejarán con amor. ¿Te parece poco? A esto hay quien le llama interferir.
Manuel Villena Lázaro
manolovillena@hotmail.com