Estaba previsto. Tal y como había anticipado Zapatero, el Tribunal Constitucional ha prohibido la consulta del lehendakari Ibarretxe.
Lo ha hecho con dos tipos de razones.Por un parte el TC dictamina que la consulta es inconstitucional, además de recordarle al Gobierno vasco que no es quién para convocarla.
Ahora bien, por una vez, y sin que sirva de precedente, el TC entra en el fondo de la cuestión y viene a decir -aunque como es un alto Tribunal no puede explicarlo con claridad- que la secesión del País Vaco no es una cuestión que afecte a los vascos sino a todos los españoles, que somos sujetos de soberanía.
Esta es la cuestión clave de un referéndum de autodeterminación? ¿Quién vota? ¿La zona que quiere separarse o la zona de la que quiere separarse?
En otras palabras, si hay un referéndum de segregación de Euskadi de España yo quiero votar. Soy asturiano, y vivo en Madrid pero, como español, a mí nadie me quita mi Euskadi, que es tan mío como el del nacido en Hernani.
Y esto puede ser tan justo como que voten los censados en Álava, Guipúzcoa o Vizcaya.
En cualquier caso, el problema siempre quedará abierto, porque el nacionalismo no tiene solución, dado que no nos habla del Estado de derecho sino del tamaño del Estado.
Por una vez, el TC, controlado por el PSOE, ha emitido un juicio adecuado, sobre todo porque ha entrado en el fondo de la cuestión.
A lo mejor se acostumbran.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com