No quería la ministra socializar pérdidas privadas y se negaba a poner un euro público para bancos, constructoras y concesionarias. Si les salió mal el negocio el Estado no tiene por qué estar detrás.
Y no fueron constructores y concesionarios -que son los mismos o parecidos- quienes han convencido al Gobierno de que achique su bolsillo. No, ha sido la banca, poderoso sector, quien ha impuesto "la sensatez", o sea ha impusto que, entre todos, paguemos los errores de constructores y de banqueros financiadores.
Porque, con su pérdida, perdemos todos: seguimos en el triste esquema de que si el negocio marcha bien yo he triunfado; si marcha mal, todos hemos fracasado. Lo que había que hacer hecho con las radiales era liquidarlas y revenderlas al mejor postor. Y que constructoras, concesionarias y bancos financiadores cubrieran las pérdidas… de su mala gestión.
Eulogio López
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