Según él, hacen lo mismo con los bancos, así que podía hacerlo con las cajas. Es conocida la cultura financiera del señor Rajoy, sólo comparable a la de ZP, pero aquí ha batido su propia marca. Ahora resulta que el Banco de España, entidad pública, tutela los bancos y las cajas. Yo pensaba que los inspeccionaba, que es otra cosa.
Por su parte, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, más liberal que nadie, ha decidido que la cuarta entidad financiera del país dependa de Parlamento, y no se hable más.
Por último, don Miguel Blesa, reniega de la tutela política, y enarbola la bandera del liberalismo: no queremos políticos en la Caja, claro que no. Oiga, don Miguel: ¿Quién le nombró a usted? Yo pensaba que sus méritos financieros para presidir Caja Madrid consistían en haber sido amigo de José María Aznar y en su día vecino del matrimonio Aznar-Botella. Y claro, si le nombró Aznar, ¿por qué no podría cesarle Aguirre?
Ya lo saben, el futuro del liberalismo pasa por la Caja. O por evitar la Caja.
Eulogio López
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