En la mañana de este miércoles, Rajoy ha insistido en el Congreso en el efecto expulsión que tiene la emisión de deuda. Y ofrece datos: los créditos a las empresas han caído en 8.500 millones de euros y a las familias en 4.500 millones de euros. Por el contrario, los bancos han adquirido 92.000 millones de euros. Eso, aquí y en Sebastopol, que diría Carod, es efecto expulsión, crowding out para los economistas. Pues bien, Zapatero lo niega. Asegura que el encefalograma plano del crédito es común a todos los países y que nada tiene que ver con el efecto expulsión, sino con la confianza de las entidades financieras en los demandantes del crédito.
Pero cuidado, porque Rajoy advierte que las subastas de liquidez a un año se han frenado. Este miércoles ha sido la última. Y por lo tanto, ya no será tan fácil financiar la deuda. Atentos al dato: el 60% del dinero prestado por el BCE a nuestras entidades financieras ha ido destinado a financiar deuda pública. Si a eso le sumamos una previsible subida de tipos de tipos de interés, las dificultades son obvias.
Pero lo más divertido ha sido cuando Rajoy se ha referido a Zapatero como maestro ciruela, que sin saber leer, puso escuela. Es que será Zapatero, el del déficit, el encargado de pastorear a los 27 en el cumplimiento del Pacto de Estabilidad. También Erkoreka (PNV) le ha dicho que regresar al 3% de déficit en el 2013 es imposible si se mantienen los planes de estímulo fiscal. El presidente vuelve a reiterar su compromiso con el equilibrio presupuestario en el 2013 y su compromiso para presentar un informe en 6 meses de posibilidades de austeridad. Pero centra el tiro en las CCAA y entes locales, donde se sitúa el 50% del gasto público. Y aquí es donde reclama al PP que haga los deberes.