Les permite defender sus intereses regionales porque él defenderá el nacional

Ha decidido no echar un pulso por si lo pierde. O más bien porque ya lo ha perdido. Hace meses el discurso de Génova era: que nadie se suba a las barbas porque nadie es nadie si no fuera por el partido. Hoy el discurso ha girado. Si hace cuatro años, Montoro dejó con la brocha en la mano a Ferraz en la negociación del modelo de financiación autonómico, hoy el proceso es el inverso. El Gobierno deja con el pie cambiado a Génova ante un nuevo modelo que reparte más dinero a las CCAA. Y obviamente, las CCAA regidas por el PP nos e resisten a participar más en la tarta de los recursos públicos.
Así que el discurso de ahora de Rajoy es que sus CCAA pueden tratar de arañar lo que puedan, que defiendan sus intereses, que él se encargará de defender el interés general. Lo que pasa es que en un Estado que cada día se parece más a una UTE, el Estado cada día pesa menos. Y en un partido que gobierna en algunas CCAA, pero no en el Estado, el peso del partido es muy inferior a quien maneja presupuesto. Los partidos nacionales se han 'federalizado'.