El ex vicepresidente económico del gobierno Aznar y hoy director gerente del FMI, Rodrigo Rato, se desmelena cada vez que llega a su tierra de origen, Asturias, para pasar sus vacaciones de verano. Habitualmente prudente, don Rodrigo se lanza al ruedo en las fiestas que organiza la familia de oculistas Fernández-Vega. En una de estas reuniones, el director del FMI, analizaba la situación política de su partido, y no apostaba un duro por el presidente del PP: A Mariano se le escapan vivos, no sólo los toros, sino hasta los elefantes. Con ello quería decir que Rajoy no controla el partido y que el PP vive en moral de derrota permanente.
No sólo eso : aunque dice encontrarse muy a gusto en Washington, con categoría de jefe de estado, y aunque afirma que no ha llegado su momento, el director del FMI no rechaza la vuelta a la política nacional. Es más, en ese mismo escenario, Rato confirmó que sus relaciones con José María Aznar no atraviesan su mejor momento. Tanto es así, que cuando alguien comentó para cuándo estaba previsto el relevo de Rajoy, don Rodrigo sorprendía a los presentes afirmando que el que quiere poner orden ahora es José María, no yo. Y sí es cierto que el ex presidente del gobierno es cada día más crítico con la labor del que nombrara su sucesor.
En este escenario, es donde ha surgido la llamada operación Norniella de la que hablábamos en nuestra edición del lunes 21 agosto. La verdad es que Fernández Norniella niega que pretenda sustituir a Blesa como presidente de Cajamadrid. Una sustitución que necesitará el visto bueno de la presidenta madrileña Esperanza Aguirre. Curioso, porque en el PP, todos consideran que el actual representante de Rodrigo Rato en el PP es, casualmente, Esperanza Aguirre.