Sr. Director:

Proliferan los anuncios de prensa demandando óvulos femeninos. Y es que los niños se preparan ya como recetas de cocina, por la mezcla anónima de 2 ingredientes, a saber, semen y óvulos, sin que medie la menor personalización. Desacralizado el milagro de la vida ideado por Dios, sólo quedan los restos de un amor profanado, ajeno al contacto de los cuerpos. Un hijo que no podrá ser llamado a la existencia en la cuna del amor, por el abrazo de un hombre y una mujer, sino asépticamente, entre los útiles esterilizados de un laboratorio.

Eva Nordbeck

evan@auna.com