Jaime Castellanos prepara nuevos reducción de plantilla. Su cuñado, Emilio Botín, descontento con la implicación de Banesto en Recoletos. Reducción de bonus para los altos cargos, incluido el actual director de Expansión. ¿Vuelve al sindicato del crimen? Pedro J., dispuesto a apoyar al Partido Popular. Lara y Vocento no están dispuestos a integrarse en un frente antizapatero
En la mañana de martes, Hotel Palace de Madrid. El director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, el presidente del Grupo Recoletos, Jaime Castellanos, y el portavoz parlamentario y número 3 del PP (además de conspirador mayor del PP), Eduardo Zaplana, desayunaban como buenos amigos. Ramírez es el periodista más recibido por Zapatero, pero sabe que el presidente del Gobierno quiere matarle a besos, y que su futuro, quiera o no, sería más radiante con el regreso del Partido Popular al poder.
Zaplana, por su parte, insiste ante Mariano Rajoy en que se están quedando solos en el universo mediático. Lo cual, dicho sea de paso, es bastante cierto. José Manuel Lara y Vocento no quieren integrarse en el frente anti-Zapatero. Así, mientras el PSOE cuenta con todos los medios públicos, la mayoría de los autonómicos. Prisa-Sogecable, Tele 5 (increíble pero cierto), La Vanguardia y Zeta, el PP sólo cuenta con un Federico Jiménez Losantos cuya amistad causa, principalmente, quebraderos de cabeza, y con un Pedro J., que no admite socios sino subordinados. Zaplana, sin embargo, es el protector en el partido tanto de la llamada pareja de la COPE, FJL y Pedro J. y considera que hay que resucitar el viejo Sindicato del Crimen, dado que el PSOE ha resucitado y potenciado a los serbios, es decir, a Polanco y sus satélites.
Al mismo tiempo, Recoletos sigue en venta. El propietario del mayor grupo de información económica, y del diario de mayor tirada, el aún influyente en Expansión, es víctima de la propia ambición de sus directivos, Castellanos y sus socios compraron Recoletos a Financial Times por la barbaridad de 900 millones de euros. No sólo eso, sino que la operación fue financiada por Banesto y otros bancos a los que Banesto convenció. Su sobrina, Ana Patricia Botín, no tiene ahora clara la devolución de los dineros invertidos, y su padre, Emilio Botín. concuñado de Castellanos, tuerce el gesto, Vocento no quiere comprar, porque considera que recoletos no vale ni eso ni la mitad de eso, Lara continúa en su permanente y delicado equilibrio entre el PP madrileño y el tripartido catalán, intentado contentar a todos. Por tanto, queda El Mundo, controlado por Pedro J. Ramírez pero propiedad del grupo Rizolli-CDS. Son italianos, pero no necesariamente tontos como para pagar tales cantidades, especialmente con un Castellanos que no pierde ripio y pretende quedarse another time- como gestor y partner.
En el entretanto, Castellanos se plantea un nuevo proceso de reducción de plantilla, proceso que en Recoletos no parece tener fin. No sólo eso, agobiado por las deudas, Castellanos está rebajando el sueldo variable a sus directivos más cualificados. En otras palabras, ha reducido los bonus y ha colocado a varios de los mal vistos en la frontera misma de no retribución variable Entre ellos, al propio director de Expansión, Jesús Martínez Vázquez.
Sólo que los trabajadores no son culpables: los culpables son los propietarios, que se han apalancado hasta extremos que nunca aconseja el sentido común.
En este caldo de cultivo, es Castellanos el primer interesado en forzar el casi inevitable proceso de concentración de medios, especialmente ahora que hay cuatro económicos en Madrid. Concentración que ya no será multimedia sino bi-multimedia, o concentración entre distintos grupos. De ahí podría surgir el nuevo frente, esta vez no anti Felipe González sino anti Zapatero. Pero hay que reconocer que Zapatero, dónde va a parar, manipula los medios mucho mejor que el veterano González.