Sr. Director:
Surgen muchas preguntas sobre los referéndums soberanistas. ¿Qué imparcialidad tiene una votación en que el recuento de los votos lo hacen los partidarios de una de las dos opciones?

 

¿Cuánto fraude puede haber habido en el voto por correo cuando los votos los han guardado sin ningún control en su casa unas personas particulares? ¿Cómo se pueden verificar los resultados cuando han eliminado los datos el mismo día de la votación con la excusa surrealista de "evitar que caigan en manos de España"?

¿Si los organizadores no tenían ningún censo electoral, cómo han podido comprobar con fiabilidad que los votantes estaban censados?

La realidad es que los resultados de estas votaciones sin garantías son más que dudosos y manipulables.

Ana Marco