20.000 mujeres han solicitado ya los 100 euros mensuales como ayuda para criar a su hijo entre los 0 y los tres años. Oído en la SER, al periodista Carlos Carnicero: es una injusticia, dado que no todas las madres de trabajadores tienen la misma renta; por lo tanto, las subvenciones deben ser proporcionales a la renta. Pues no, la naturaleza de una misma subvención es finalista: se otorga para un objetivo concreto, en este caso, criar al niño. Y a los niños los crían las ricas y las pobres, ejercientes del mismo derecho: tener hijos. Lo de Carnicero y los Ser-boys recuerda lo de aquel trabajador que decía que el tabaco negro no debería tener impuestos "porque lo fuman los currantes". Lo fumen los currantes o los millonarios, el tabaco es un lujo, no una necesidad.
De la misma forma, lo que el Estado incentiva con este medida (en España por primera vez y de forma mísera) es la natalidad. Naturalmente, en la SER ni se habló del pequeño detalle de que la subvención se otorga, exclusivamente, a la mujer trabajadora. A las que libremente deciden quedarse en casa para cuidar a sus hijos, o a las mujeres en paro... que les den morcilla.