Titula usted un artículo "Reforma laboral: el modelo occidental-cristiano frente al modelo asiático-panteísta".
Y viene a defender, analizando la reforma laboral, que lo que nos diferencia de los chinos es que aquí no tenemos salarios de miseria. Propone usted subir el salario mínimo a 1.000 euros. Ya está la Socialdemocracia legislando.
Estimo que la medida no hará sino fomentar lo que usted precisamente propone no fomentar: el modelo asiático-panteísta.
Me explico: esto no es sino una cuestión de fines, no de medios.
Mientras el fin sea consumir (siempre más, siempre por menos), europeos y chinos estamos en el mismo bando. Ellos producen siempre más barato. Nosotros consumimos siempre más. Ellos trabajan siempre más, nosotros siempre menos. Ellos siempre son más, nosotros cada vez menos. Ellos cada día ahorran más -como sabrá, los malls chinos son un fracaso, están vacíos- y nosotros cada día debemos más.
Cuando el fin es el lucro (el consumir dinero), el subir el salario mínimo desincentiva al empresario que quiere producir barato, barato. Si usted le obliga a pagar 1.000 euros por lo que antes conseguía a 600, se marchará a China a producirlo por 600. Entonces usted aquí en Europa tendrá un parado más y en China un esclavo más.
El chino comerá con 1 dólar al día y su parado occidental tendrá que vivir del presupuesto -es decir, de los que no estamos parados-. Conclusión: como rige el lucro, Europa se proletariza o desaparece.
Llega la "solución" liberal. Libertad plena ¿Mantenemos el salario mínimo a 600, lo bajamos, lo quitamos?
Cuando el fin es el lucro, con el salario de 600 lo que conseguiremos es tener a occidentales ocupados -que no trabajando, porque los occidentales no trabajan mucho- y dependiendo del presupuesto -un poco menos, pero también- para llegar a los 1.000 euros mínimos: llevando una vida bastante "austera". Y cuanto más baje el salario mínimo menos incentivos para trabajar y más para vivir del bote tendrá el ciudadano "mínimo".
Entonces, ¿subimos el salario mínimo o lo bajamos?
Respuesta: si el fin es el lucro, da igual lo que usted haga, el lucro acontecerá (aquí o allí) y alguien hará de esclavo -el que menos interés o medios o capacidad de esfuerzo tenga para lucrarse-.
Ahora bien: si vamos del lucro-consumir al "ser consumidos", como sugiere William Cavanaugh en su libro Ser consumidos, entonces el asunto tiene solución.
Si el trabajador da todo lo que puede en su trabajo y el empresario da todo lo que puede al trabajador, entonces el salario mínimo… deja de ser el problema. El salario y el trabajo son un medio para el fin: la vida buena; y la moral reina en el mundo laboral.
He conocido a trabajadores que amaban a sus empresarios; y a empresarios que amaban a sus trabajadores. Nunca fue el salario un problema entre ellos. Las empresas fueron bien, ganaron dinero y dieron lugar a vida, alegría y creación de riqueza (la riqueza es abundancia de vida, no de dinero).
Mire usted: cuando en 30 años empresarios y trabajadores no se han puesto de acuerdo en esto de la reforma laboral es porque vulneran ambos el principio de todo acuerdo: aceptar que el bien del otro es mi bien. Es porque vulneran ambos los principios morales más fundamentales.
En ese caso, da igual que usted legisle como liberal o como socialdemócrata. Todos creen que ganan. Realmente todos pierden. Se devoran los unos a los otros.
Bruno Zazo