La Asociación Nacional de Gobernadores Norteamericanos teme los elevados gastos médicos de la reforma sanitaria de la Casa Blanca
Este pasado fin de semana se ha producido el encuentro veraniego de los gobernadores estadounidenses. El tema central de la reunión ha sido la reforma sanitaria que plantea la Administración Obama. El sistema sanitario siempre ha sido uno de los asuntos clave en la política americana y en las campañas presidenciales, por ejemplo, si echamos una mirada atrás, la reforma sanitaria fue uno de los temas más citados en los debates electorales entre el candidato demócrata Barack Obama y el republicano John McCain.
Obama proponía, y propone, la ampliación del sistema sanitario público, mientras que McCain y los republicanos defendían el aumento de las desgravaciones fiscales para aquellos que se decidieran a contratar un seguro sanitario privado.
Con la victoria del candidato demócrata se ha puesto en marcha su plan. Ahora bien, Obama está sufriendo el mismo problema que afrontó la actual secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton cuando buscó la ampliación del sistema sanitario público y este problema no es otro que su elevado coste. Por ello su plan fue rechazado en el Congreso ya que los gastos eran elevadísimos.
No obstante, Obama veía las cosas más fáciles, dado que goza de una absoluta mayoría en las dos cámaras, pero ha recibido un mazazo inesperado: el rechazo de su plan por parte de los gobernadores. En especial, las reticencias de los gobernadores republicanos pero también de muchos demócratas, como el gobernador de Nuevo Méjico, Bill Richardson, que compitió en las últimas elecciones primarias del Partido Demócrata y que, desde que retiró su campaña, ha sido uno de los grandes defensores del actual presidente.
Además, los analistas mantienen la misma posición: no es recomendable ampliar el sistema sanitario público en plena recesión económica.
Gabriel López
gabri1992@hotmail.com