Los sindicatos piden mayores rebajas mientras Europa exige más reformas

La reforma laboral aprobada por el Parlamento continuaba siendo el caballo de batalla de los sindicatos. CCOO y UGT insistían en que aún no se había dicho todo y amenazaban con una nueva huelga general si el Gobierno no accedía a sus peticiones. El Ejecutivo acabó entendiendo el mensaje: no se trataba tanto de retirar la reforma, como de desarrollarla convenientemente.

El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, lo explicaba al estilo Romanones este lunes: el texto ya ha sido aprobado por el Parlamento y, en consecuencia, no se puede modificar. Ahora bien, la ley estableció ventanas al desarrollo reglamentario. Jáuregui explicó que, de este modo, se puede dar una solución a la alemana o a la austriaca como alternativa al despido mediante la rebaja de sueldos. Además, las empresas que quieran realizar despidos argumentando problemas económicos tendrán que demostrar que esos problemas son estructurales.

En definitiva, se trata de hacer una reforma para satisfacer a Europa y aguarla después para satisfacer también a los sindicatos. Ninguno está de acuerdo con el resultado pero, al menos, permiten al Gobierno mantenerse sobre la cuerda.

Mariano Tomás

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