Algunos autores consideran que la actual coyuntura económica puede ser la oportunidad de reinventarse y, en este sentido, apuntan a muchas inquietudes artísticas que están brotando en estos momentos, a consecuencia del aumento de tiempo de libre de los que pierden su empleo.
Sobre la pérdida de poder adquisitivo, argumentan, que no puede suponer un obstáculo a la felicidad. "Hay que bajar el listón", acostumbrarse a vivir con los medios con los que se cuente, y ser más previsores. De este modo, alguno alude a Buda, quien señalaba como principal fuente de infelicidad el hecho de que no haya límite para tener lo que se desee. "Tienes una armonía con lo que tienes y aniquilas el deseo".
La situación actual ha sido la responsable de que algunas personas que han perdido su trabajo hayan descubierto habilidades o vocaciones ocultas.
También de que la sociedad haya reforzado valores como la espiritualidad, sensibilidad y solidaridad. Con todo, apuestan porque, cada persona, tenga un proyecto vital y encuentre una actividad con la que se sienta especial.
Jesús D Mez Madrid