La batalla con Sacyr terminó con la salida de Luis del Rivero de la Presidencia de la constructora.
Los mexicanos -por ejemplo el ministro de Energía, Jordy Herrera- insisten en que el pacto con Sacyr sigue en pie. Pero todo el mundo sabe que la ruptura es simple y que Manuel Manrique, sustituto de Del Rivero, quiere romperlo. Pemex habló de cláusulas de penalización que nadie encuentra por ningún lado.
Y ahí viene el chiste. Temerosos de que Luis del Rivero haga de las suyas -si es que no lo ha hecho ya- y compre acciones de Repsol, con lo que se superaría el 30% del capital de la petrolera y tendrían que lanzar una opa, Sacyr y Pemex han enviado un hecho relevante a la CNMV en el que animan a sus directivos a prohibir a sus adminsitradores que compren acciones de Repsol. Oiga: ¿Y cómo pueden prohibírselo? Más parece una coartada para conjurar la opa, solicitada por la propia CNMV. En otras palabras, un acuerdo llamado a romperse pasado mañana debe ahora teóricamente reforzarse para que don Luis no ponga palos en las ruedas.
Ahora bien, lo que no está tan claro es que, tal y como se ha comentado en el sector, aquí en España la ruptura de la sindicación vaya a suponer la retirada de Pemex. No, los mexicanos insisten. Por el momento no quieren comprar acciones de Repsol a Sacyr y se quedan con el casi 10% pero quien pretende hacer valer sus derechos. Legamente, no tienen derecho a un nuevo vocal en el Consejo de Repsol hasta que totalicen un 12,8%.
No, la batalla es más política que financiera. Coppel insiste en acercarse a La Caixa y en vender la idea de un consejero delegado, y que la entidad catalana no vería con malos ojos mientras no suponga un opositor a Antonio Brufau. Sin embargo, al presidente de la petrolera española no le sirve el dato ni tan siquiera con esa condición. De hecho, ha llegado a decir a Caixa que si se trata de colocar un Ceo puede ser él mismo. Creo que no es eso lo que piden los mexicanos.
Y al fondo, volvemos a Sacyr. La refinanciación de la deuda de la constructora, que le obliga a vender, o al menos planificar la venta antes de fin de año, de una parte de su 20% de Repsol.
Eso sí, el ministro Miguel Sebastián, que tanto ha apoyado a Luis del Rivero hasta el final, se ha quedado fuera de juego en este nuevo escenario. Como afirmó antes de la caída del murciano, Repsol será española con tal de que el primer accionista sea español. Pues eso.
Eulogio López
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