Durante 2011, Repsol experimentó en su cuenta de resultados el efecto propio de una empresa inmersa en fuertes proyectos de inversión de rendimiento futuro: aumentaron los costes, sufrió el beneficio, se mantuvo la deuda, y el 'downstream' ofreció peor rendimiento del esperado. Al final, 2.193 millones de euros de beneficio neto, un 53% menos que un año antes. Y la acción ha bajado en Bolsa.
Ahora bien, el verdadero problema de Repsol está en Argentina, precisamente la principal merma de la cuenta de resultados. Y es que tras el descubrimiento de las posibilidades de extracción en Vaca muerta, Argentina podría haberse convertido en el mejor negocio de la petrolera, pero la extorsión a la que está siendo sometida por el Gobierno de Cristina Fernández ha llevado a que, probablemente, estemos en vísperas de la intervención del Gobierno de Buenos Aires, verdaderamente suicida para los argentinos y mala para Repsol. El periodo de sesiones en el Parlamento argentino se inaugura el jueves 1 de marzo y La Cámpora, el grupo de ultraizquierda que controla el Gobierno, está dispuesto a anunciar cualquier cosa, incluida la nacionalización de YPF. Lo sabremos en el discurso programático que pronunciará Fernández en sede parlamentaria.
Eulogio López
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