Sin embargo, Rodríguez ha promulgado tres decretos (bien es cierto que advirtió a las petroleras con unos días de antelación) por el que se elevan los impuestos desde el 18 al 50% de los ingresos. No es un desarrollo completo, ni insoportable para las compañías, dado que la ley posibilita aumentar los impuestos totales hasta rondar el 100 por 100 los ingresos de un pozo, algo que supondría, simplemente, la marcha de Repsol YPF.
Por el momento, no obstante, la petrolera española no abandona Bolivia. Si el clima político se enrarece en exceso, Bolivia puede representar el gran mercado de gas de la empresa que preside Antonio Brufau.