Hasta ahora, el mayor revés que han recibido los norteamericanos en Asia no ha sido Iraq, sino Afganistán, donde sí actuaron bajo paraguas ONU (bueno, horas antes de aprobarse la intervención los misiles norteamericanos ya sobrevolaban Afganistán).

El caso es que tras intentar un difícil proceso democrático en un país islamizado, los afganos han concluido con una Constitución que decreta la República Islámica, al tiempo que ninguna norma podrá contradecir al Islam y a sus costumbres.

Ya empezamos. La constitución reconoce la libertad religiosa, pero ya sabemos qué concepto de la libertad tiene el Islam. Para un fundamentalista islámico, la mera exhibición de la cruz es blasfemia, como es blasfema la cristiana que se casa con un musulmán y no cambia de religión, y hasta la mera construcción de una Iglesia (prohibida en Arabia Saudí) o la mera posesión de un Biblia.