La ayuda, supeditada a nuevas reformas que debe aprobar el Parlamento griego.
El rescate griego sigue llenando titulares y como en una final de fútbol a un solo partido, puede saltar la sorpresa. Los líderes europeos han llegado a un acuerdo para ofrecer una segunda ayuda a Grecia que estaría valorada en 100.000 millones de euros, pero como toda ayuda, siempre se pide algo a cambio: que Grecia ponga en marcha un nuevo plan de ajustes y privatizaciones.
Pero no se sabe lo que puede suceder en el país heleno. El primer ministro no sabe con quién cuenta dentro de su propio partido a la hora de votar la próxima semana sobre la aplicación de las nuevas reformas, y la oposición, pese a la presión europea, parece ser que no quiere doblar la cerviz y se niega a aprobar el nuevo paquete de medidas. Si esto continúa así la próxima semana podría llevar al colapso económico de Grecia, con efectos importantes sobre el resto de Europa, y especialmente a España.
Y mientras tanto, a regañadientes, los bancos europeos se han comprometido a comprar deuda griega en cuanto venza la que ya tienen. Aunque en muchos medios se habla de una nueva aportación de los bancos, lo cierto es que los bancos no aportarán nada, sino que simplemente van a comprar más deuda y por lo tanto, permitir que el país se endeude más. Le dan más soga para que se pueda ahorcar. Comprarán deuda valorada en 25.000 millones, una cuarta parte del nuevo rescate.
Juan María Piñero
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