- Gracias a las desinversiones. Entre ellas, el peligroso juego de la autocartera, con ventas de 360 millones de euros.
- Presenta una contabilidad muy creativa del último trimestre para mostrar un semblante más positivo del conjunto de 2013.
- Ha colocado todo excepto las renovables, que siguen constituyendo la cruz de la compañía.
- Al final, una cuenta de resultados extraordinaria… conseguida a base de resultados extraordinarios.
- Y 2014 puede ser peor. Y quien lo dude, que piense en el Castor.
Extraordinario el rush final de ACS durante el último trimestre del ejercicio para no presentar unos resultados como los del pasado 2012, que con la debacle de su participación en Iberdrola, se vio obligada a informar de una pérdida de 1.928 millones de euros.
Este 2013, las cascada de 'desinversiones de activos no estratégicos' (cómo me gusta este eufemismo de vendérselo todo para poner los resultados en azul) han logrado que su cuenta de resultados marque un más que discreto 702 millones de euros, con 1.247 millones en la línea de extraordinarios cuando el pasado 2012 había un -1.507 millones de euros.
Para llegar aquí ha hecho caja de la venta de autocartera (360 millones), más una opción por otros 20,2 millones de acciones liquidables sólo por dinero a dos o tres años. Ha vendido activos aeroportuarios por 1.083 millones de euros y, lo más grande, ingeniería con derivados financieros sobre Iberdrola con un 'call spread' por exposición al alza de las acciones entre 3,26 y 4,73 con un nocional de 597,2 millones de euros y, ¡oh maravilla!, en diciembre, con una evolución positiva de la cotización, sustituye el 'call spread' anterior por un 'put spread', y 856 millones de euros a la caja.
No obstante, la sangría con las renovables no para. Este año les han caído 199 millones de euros más de provisión.
No está mal. Al final, la cuenta de resultados positiva se ha construido sólo con extraordinarios y de paso se reduce la deuda que se ocultaba en ese neto que son los activos no corrientes disponibles para la venta, pues el beneficio de explotación ha continuado a la baja y el resultado financiero tampoco ha levantado la cabeza.
Dura también es la situación de la tesorería, ya tocada del año pasado por los cobros en efectivo de los dividendos por dos de sus accionistas de referencia: Corporación Financiera Alba y el mismísimo Florentino Pérez (en la imagen), que les ha obligado a buscar financiación con algún 'corporate bond' o bono corporativo (750 millones de euros), y una línea de emisión de pagarés por 500 millones de euros, de los que ya ha consumido 308 millones.
Pero a pesar de lo duros que han sido los dos ejercicios pasados, parece que este 2014 puede ser también tan o más complicado, con temas calientes como el "Proyecto Castor", paralizado por las autoridades y con una incertidumbre de por lo menos 1.400 millones de euros, importe del 'proyect bond' a 21,5 años con el que se está financiando la prospección. ACS considera que en caso de suspensión definitiva, tendría derecho a recuperar la inversión.
Ya veremos, pues los 'activos no estratégicos', tarde o temprano, se agotan.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com