- No entiende la diversificación acelerada en la que ha entrado el patriarca y le preocupa el endeudamiento de la firma.
- Nunca había ocurrido, Juan Villar-Mir de Fuentes siempre ha permanecido en un segundo lugar, poco dado a la visibilidad.
- Por el momento, su capacidad de maniobra sólo es la de sucesor oficial con escaso mando en plaza.
- Además, Josep Piqué apoya a Juan Miguel Villar-Mir en su política de compras aceleradas.
- Los resultados del tercer trimestre en línea: aceptable resultado de explotación y un problema creciente: el apalancamiento.
No había sucedido nunca. Si algo caracteriza al hijo y sucesor oficial del propietario y presidente del Grupo OHL, Juan Miguel Villar-Mir (en la imagen junto a su hijo), es su discreción. Siempre ha apoyado a su padre y permanecido en un segundo lugar. Es más, aceptó el esquema de sucesión consistente en mantener una sociedad patrimonial como cabeza sin participar en la gestión sino en el control de la misma.
Sin embargo, Juan Villar-Mir de Fuentes empieza a manifestar a sus próximos su preocupación por la diversificación aclarada de su padre. Por ejemplo, con su empeño en hacerse con E.ON España. Y, sobre todo, por el endeudamiento excesivo al que ha llevado dicha diversificación.
El asunto ha llamado la atención entre el equipo directivo del Grupo, aunque todos saben que, a día de hoy, Villar-Mir de Fuentes es algo parecido a un vicepresidente de los Estados Unidos. Puede serlo todo en un futuro pero en el presente manda poco.
Además tiene en contra al CEO, el ex ministro Josep Piqué, encantado de las aventuras de Juan Miguel Villar-Mir: más perímetro de gestión para él, más poder. Perdón: más responsabilidad.
Por lo demás, los resultados marchan 'regularmente bien'. La cartera de pedidos aguanta pero el beneficio neto atribuible recurrente, a 30 de septiembre, asciende a 105,7 millones de euros, 38,3 millones inferior al del mismo periodo del año 2013. OHL empieza renquear y ha pasado de ser la empresa más solvente del sector infraestructuras a vivir pendiente de una deuda creciente.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com