• Álvaro Nadal impone sus tesis pro-renovables.
  • Las eléctricas se temen lo peor: creen que no se recortará la sangría de la termosolar.
  • E incluso se temen nuevas tasas sobre la energía convencional.
  • La Triple A feliz: aseguran que los 2.000 MW preasignados tendrán acceso a las primas previstas.
  • Y encima, se abre (Luis Delso) la batalla legal sobre las fotovoltaicas.

Envías a un presidente a la cumbre sobre economía (Río 20) y se te vuelve verde chillón, ecologista rompedor. En la Cumbre del Clima, más conocida por ONU Río 20, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha lanzado su discurso más verde, más ecologista. Una clara apuesta por las energías renovables llega en un momento clave: el ministro de Energía, José Manuel Soria, se ha comprometido a presentar su reforma energética antes del 30 de junio, es decir, en el Consejo de Ministros del viernes 22 ó del viernes 29.

Y para que quedara más claro, Rajoy se refirió neurálgico al punto neurálgico de todo el entramado: según él, las energías renovables son cada vez más baratas y eficientes.

En la mañana del jueves 22, el sector eléctrico se había convertido en un hervidero de rumores. La interpretación más habitual era que el jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Álvaro Nadal (en la imagen) se había convertido en el rey del mambo. No le tiene ningún cariño a las eléctricas y sí a la energía solar, tanto la fotovoltaica como la aún más cara: la termosolar. A Nadal se atribuye el discurso de Rajoy en Río y haber parado los pies al secretario de Estado de Energía, Fernando Martí, convencido de que si el Gobierno aprueba los 2.000 MW de centrales termosolares preasignadas, no habrá forma de acabar con el déficit de tarifa salvo subiendo la tarifa de la luz hasta no se sabe qué límites.

Los tres grandes beneficiados de las subvenciones a la termosolar son Abengoa, ACS y Acciona, conocidos como la Triple A, con gran capacidad de presión sobre el Ejecutivo, habida cuenta, además, de que los fondos y bancos, preferentemente norteamericanos, que han financiado las inversiones de los Benjumea, March, Albertos, Entrecanales y compañía, amenazan con desprestigiar a España colocándola a la altura de Argentina, arquetipo de la falta de seguridad jurídica. Y al frente de este lobby, el embajador de Estados Unidos en España, Alan Solomont.

Total, que por ahora ganan los verdes aunque la reforma pueda suponer una ruina para los consumidores. Por si fuera poco, Luis Delso (Isolux), el rey de la fotovoltaica, ha llevado al Estado español ante los tribunales por la reducción en la generosa retribución a la energía fotovoltaica, un paso atrás después de muchos pasos hacia adelante, del anterior Gobierno Zapatero que es quien provocó la zapatiesta, pero el PP pretende perpetuarla.

Las eléctricas están a la defensiva. Incluso se temen nuevas tasas sobre la energía convencional.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com