Desde las antípodas de España, Nueva Zelanda, llega este cruento drama de aventuras que tiene como telón de fondo la guerra que enfrentó a soldados ingleses contra tribus maoríes por el control de los territorios, a mediados del pasado s. XIX.
Aunque la película está coproducida por Gran Bretaña y Nueva Zelanda, el retrato que se realiza de los colonizadores no es ni mucho menos positivo pero, quizás para igualar la balanza, tampoco salen bien librados los nativos maoríes.
Narrada en primera persona, la protagonista de esta singular historia es Sara, una joven de origen irlandés, que vive en la zona fronteriza con los indígenas y que se queda embarazada de uno ellos tras mantener una corta relación. A la muerte del maorí, el abuelo secuestra a su nieto y se lo lleva río arriba, lejos de los asentamientos británicos. La joven madre, con unas excelentes dotes para la medicina, pasará siete largos años intentando encontrarlo…
River Queen analiza los problemas derivados de la mezcla de culturas poniendo especial hincapié en el desarraigo. La joven Sara busca a su hijo secuestrado pero en ese incierto y difícil camino también se busca a si misma y su posición en un mundo de difícil convivencia.
La maestría en el terreno de la imagen del director Vicent Ward (responsable de la visual Más allá de los sueños) se plasma en una buena filmación y una estupenda fotografía que nos acerca insuperables parajes naturales de Nueva Zelanda. Todo ello narrado con un ritmo pausado, más al estilo de las producciones europeas que de las norteamericanas.
River Queen contiene escenas de tremenda violencia y crudeza. Realmente se trata de una producción extraña, un punto desasosegante, y de difícil catalogación.
Para: Adultos que estén en contra de cualquier tipo de colonización.