Produce indignación ver cómo una diputada como Rosa Díez tiene que salir de la Universidad Autónoma de Barcelona en medio de piedras, insultos y abucheos.
Es lamentable que en las universidades catalanas los independentistas controlen con tanta impunidad quién puede y quién no puede venir a expresar su opinión en una especie de labor censora.
Josep Piqué, Jordi Solé Tura o Narcís Serra también han sufrido boicots similares. ¿No es hora de acabar con este "fascismo independentista" y enseñar a algunos iluminados que la democracia consiste en respetar las ideas diferentes?
Ya cansa que unos cuantos energúmenos anti-españoles se dediquen con toda chulería a boicotear, insultar y agredir a quienes no piensan como ellos.
Carmen B. Fernández