El portavoz parlamentario del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se permite desdecirse a sí mismo. Serán los calores. Así que donde dije digo, digo Diego. Si en
¿Qué media entre un discurso y otro? En el primero se trataba de acercarse a los peneuvistas que aplaudieron con las orejas la propuesta del portavoz socialista. Pero, después, las cosas han cambiado y la relación con el nacionalismo vasco se ha enfriado, así que opta por el tratamiento diferenciado. Además, Rajoy cambia de registro e invita a todos a sumarse al Pacto por las Libertades. Eso sí, sin cambiar ni una coma del actual texto, algo inaceptable para los firmantes de Lizarra.
Por otra parte, cabe preguntarse por el sentido de un pacto político contra el terrorismo islámico. Ningún partido duda de que al islamismo radical halla que combatirlo con policía e inteligencia. No hay contrapartes políticos porque en este caso nadie recoge las nueces. ¿O sí? No ocurre lo mismo con el terrorismo etarra. Desgraciadamente.