Además, Zapatero tomó la lección a sus ministros sobre su labor, pero también sobre la labor del Gobierno en su conjunto porque pretende que el Gabinete dé sensación de unidad y que todos defiendan los tres ejes de actuación: austeridad, reformas y cohesión social. Por cierto, que Rubalcaba insiste en tomar el dinero que se dedica a subvenciones sociales como indicador de solidaridad, cuando lo que indica es más paro.
Otra de las cuestiones que comentó el Consejo de Ministros fueron las declaraciones del alcalde de Valladolid sobre los morritos de la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín. Para Rubalcaba las declaraciones no sólo son repulsivas, sino que resultan insoportablemente machistas y sexistas. Indicó además que no es la primera vez que desde el PP se hace este tipo de declaraciones, por lo que deduce que hay algo en la genética del PP que rechina con la igualdad.
En definitiva, el PSOE necesita seguir presentándose como el único paladín de la igualdad, a pesar de que Zapatero se ha visto obligado a suprimir el ministerio dedicado a esta materia. Pero el siempre original Rubalcaba le daba la vuelta a la tortilla: ahora no hay una persona dedicándose a la igualdad, sino dos, en referencia al paso de la ministra a la secretaría de Estado, dentro del ministerio de Sanidad. Frente a lo que se ha visto como una pérdida de grado, el vicepresidente insistió en que lo importante son las políticas.
Mariano Tomás
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