Promovere para removere, decían los eclesiásticos. A este paso, el gobierno va a tener que volver a reinventar los ministros sin cartera de Franco, que tan buen resultado daban. Estaban en el gabinete, pero no tenían sin funcionarios, ni presupuesto, ni competencias. Un cementerio de elefantes. Eso es lo que parece haber realizado Rubalcaba. Patada hacia arriba al modo de Trinidad Jiménez a la Secretaría de Estado de Iberoamérica.
El ministro del Interior considera que el nombramiento del comisario general de Información, Telesforo Rubio, como subdirector es un ascenso porque pasa de una escala 29 a una 30. Si no confiara en él, no lo habría hecho; creo que ha hecho un buen trabajo, señala con la boca pequeña. Desvincula este hecho de las informaciones que apuntan que traslado información al entorno etarra y más bien lo explicó como la necesidad de un relevo por tratarse de un destino muy fatigoso. Lo mismo señaló de la Comisaría General de Extranjería. Agotan mucho y la gente se cansa y necesita cambiar de sitio y un empujón nuevo.
Recordemos que Telesforo Rubio ha jugado siempre el papel más prosocialista en el cuerpo Superior de Policía. Sus intervenciones en la Comisión del 11-M avalaron las tesis oficiales sobre el atentado y mantuvieron la teoría de que era el PP quien había mentido.
Más recientemente el juez Grande Marlaska vetó a Rubio y se negó a que trabajara con él. Curiosamente el cabreo del magistrado fue inmediatamente posterior al chivatazo recibido desde la mismísima Policía a los etarras que dirigían la red de extorsión económica de la banda. A pesar de esa fuga informativa, el juez consiguió que no hubiera fugas físicas, pero también se quedó un poco mosca con la Comisaría General de Información y con don Telesforo Rubio. Recordemos también que el líder batasuno Arnaldo Otegi amenazó con romper el proceso de paz tras la detención del mencionado aparato de extorsión.