El PSOE se está convirtiendo en una suma de agrupaciones locales sin control ni orientación, que pactan sin escrúpulos con toda clase de fuerzas periféricas y antisistema, a las relaciones con el Partido Socialista de Cataluña con el soberanismo, el caso de las primarias en Galicia, la reorganización impuesta por las bases en Andalucía o el desastroso desenlace del caso Ponferrada.
Además, hay que añadir moción de censura acordada con Bildu en la localidad navarra de Egües y el apoyo del PSOE a los presupuestos diseñados por los abertzales del ayuntamiento de San Sebastián.
De esta debilidad se está aprovechando también el ala más radical del PSOE. Poner en peligro la contribución del principal partido de la oposición al equilibrio constitucional tiene un precio demasiado elevado.
La incoherencia, también en política, se acaba pagando ante los electores, pero aquí se puede resentir el equilibrio fundamental de nuestro sistema político.
Pedro García