Intenta convencer a Dolores de Cospedal de que nos encontramos ante una cuestión de Estado

 

Es la táctica de Rubalcaba en el Caso Faisán, su nueva técnica del calamar. Sembrar de negro todo para que se difuminen las líneas de las sospechas. El ministro tiene ya desmantelada y controlada la posible acusación del fiscal. Por cierto, ¿por qué permanece callada la AVT?

Confía incluso en que sus buenas relaciones personales con Trillo le permitan cortocircuitar las acusaciones judiciales de la oposición. Pero le queda un último eslabón: desprestigiar por completo los informes aportados hasta ahora en el sumario y que centran como máximos responsables de la investigación al que fuera director de la policía y a su jefe superior del país vasco. Y para ello ya ha comenzado a mover a sus peones mediáticos.

Sus fuertes vínculos con periodistas y directivos de prensa le preemitían actuar sin cuartel y en todos los frentes. Y en ello se está empleando con pasión. La técnica del calamar ya está en marcha. La campana para poner fin al chivatazo está ya disparada. Y en ella colaborarán periodistas de diferentes medios y de diferentes escalas, que colaborarán sin preguntas en la actuación de Rubalcaba.

Rasputín Rubalcaba no conoce límites. Ahora, intenta convencer a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, para cerrar el Caso Faisán "por razones de Estado". Precisamente él, que se cebó con Cospedal cuando realizó las famosas declaraciones sobre escuchas a miembros del PP (una denuncia, por lo demás, de lo más certero).