Pretende disputarle la portavocía a Fernández de la Vega. Además, ZP debe atender las cuotas catalana y andaluza

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba -no le des la espalda o te la clava- está harto de arreglar los desaguisados que cometen en Moncloa o, al menos, eso piensa Rasputín -como es conocido en ámbitos políticos-.

Ya se ha hecho el remolón y lo tiene muy claro: Vicepresidencia primera para De la Vega, segunda, la económica para Solbes, y una tercera, que conllevaría control sobre Interior, Justicia y, por qué no, Exteriores, a su cargo. Si no le conceden lo que desea, ya ha amenazado con irse. Pero no se preocupen: sólo es una amenaza.

Importante: Rasputín pretende arrebatarle a De la Vega la función que más le gusta a la vice: la portavocía. Y el lobby feminista del PSOE ya se apresta a la lucha: De la Vega es insustituible.

Y todo ello se lo pone muy difícil a ZP para formar Gobierno, porque también debe atender otras peticiones, como las de las cuotas catalana y andaluza, a las que ahora habría que añadir la vasca. Añadan a eso los "líderes sociales". Complejo, muy complejo.