Entran en la Unión Europea los países vigésimo sexto y vigésimo séptimo. Es decir, otros 30 millones de habitantes en una unidad supranacional que está a punto de alcanzar los 500 millones de personas.
Al mismo tiempo, la pequeña Eslovenia se apunta al euro. Así, Eurolandia estará compuesto ya por 13 países, aunque algunas piezas clave de Europa, como el Reino Unido se signa negando a abandonar una moneda cada día más fuerte en el mundo -ya existen los eurodólares- pero que cada vez tiene más mala prensa. Para la mayoría de los europeos, el euro no ha hecho otra cosa que subir los precios.
Por otra parte, Rumanía y Bulgaria entran en la Unión Europea bajo vigilancia. Algunas de las restricciones impuestas son lógicas, porque en estas dos ex repúblicas socialistas aún impera la corrupción y una profunda degeneración moral de la vida pública.
Pero otras resultan más inaceptables. Por ejemplo, las restricciones a la libertad de entrada de trabajadores rumanos y búlgaros durante un periodo de siete años.
Por otro lado, Bruselas sigue sin realizar la necesaria poda burocrática. Así, la entrada de Rumanía y Bulgaria supondrá la entrad de otros 53 eurodiputados, para añadir a los 732 que ya componen el Parlamento europeo.
En muchas cancillerías se dice que una Unión Europea de 27 miembros resultará ingobernable, pero algunos piensan que lo que es ingobernable es el carísimo Europarlamento cuya función sigue sin estar clara para nadie, y al que alguien definió como un monumento a la egolatría.