En la mañana de este jueves se celebraba un pleno en el Congreso de los Diputados para aprobar las ayudas a Grecia. Salgado defendía el plan para evitar un riesgo sistémico. Al final, ocurre que los estados han salido a defender su sistema financiero primero, sus empresas estratégicas después, y a promover el crecimiento a la postre. El resultado es que los estados han quedado tocados y hay que salir también al rescate de los estados. Todo menos quebrar, la base del sistema: el que se equivoca, pierde; no se juega con red.
El caso es que Salgado ha insistido en que eso de ayudar a Grecia es un buen negocio y que ya ha abonado los intereses por las cantidades aportadas. Vamos, que nos va genial, que hemos hecho un buen negocio. Y eso a pesar de que el propio Gobierno reconoce tener serias dificultades para colocar la deuda.
Andrés Velázquez
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