La ministra de Educación, Mª Jesús Sansegundo, ha comparecido en la mañana de este miércoles 3 de agosto en los cursos de verano de El Escorial. Como es lógico, acudía a tan intelectual foro para defender el proyecto de Ley de Educación que el gobierno aprobó casi por la puerta de salida en el último Consejo de Ministros.

 

La nueva ley establece unos contenidos comunes del 55% en el caso de las comunidades bilingües y del 65% en el resto de comunidades. Sin embargo, ese porcentaje es un máximo, por lo que el mínimo común pasa a cero. Es decir, se abre la puerta a la existencia de 17 sistemas educativos diferentes. Además, en las comunidades bilingües se establece la asignatura conjunta de lengua española y autóctona, abriéndose la puerta a la desaparición de la enseñanza de la lengua común en las comunidades bilingües.

 

Con todo, lo más grave es el establecimiento de nuevas asignaturas troncales de contenido difuso. Ética ciudadana, educación para la ciudadanía y ciencia para un Mundo Contemporáneo componen el puzzle de las asignaturas del adoctrinamiento, señalan desde las filas populares. Sansegundo ha dicho esta mañana que los contenidos no están todavía definidos, aunque parece claro por los comentarios de los redactores de la norma que la voluntad del gobierno es aprovechar esas asignaturas para convencer a la ciudadanía de la necesidad de la laicidad, y tolerancia hacia la opción homosexual, como demanda el activista rosa, Pedro Zerolo.

 

Por otra parte, la Ciencia para un Mundo Contemporáneo será la asignatura que justifique la investigación embrionaria explicando a los chavales que la vida empieza en el día 14, que viene a ser algo así como afirmar que no hay vida antes de la jubilación. ¿Será verdad? Por supuesto, la píldora del día después y el derecho al aborto formarán parte también del contenido curricular. La asignatura de religión, no, porque -como afirma De la Vega- no queremos que la religión afecte al futuro de nuestros niños. ¿Entienden? Con perdón.

 

Así, se suprime la alternativa a la asignatura de religión y se coloca la religión como no curricular, bordeando el acuerdo con la Santa Sede, que el gobierno ha estado a punto de denunciar. Desengáñate, dentro de 10 años no habrá casi niños que elijan religión, reconocía un parlamentario socialista a otro popular en los pasillos. De esta forma, queda muy claro el verdadero objetivo del PSOE: marginar la formación religiosa hasta que pueda ser arrancada de las escuelas.

 

Sansegundo sabe muy bien qué contenidos desea para estas asignaturas. La ideología totalitaria no va a perder la oportunidad de adoctrinar las conciencias. Para los socialistas, la educación es una prioridad. Para los populares es un servicio a gestionar con eficiencia. Por eso en el PP todavía meditan la presentación de un recurso de inconstitucionalidad. Es verdad que el Consejo de Estado no se ha pronunciado todavía al efecto a la espera de su desarrollo. Pero también es verdad que el contenido está muy definido, doña Mª Jesús. Demasiado definido.

 

Luis Losada Pescador