Sr. Director:

El nuevo ministro Educación Nacional francés, Xavier Darcos, suprimirá la Carta Escolar, porque no permite a los alumnos elegir centros públicos. Empezará el próximo curso con la liberalización de entre un 10 y un 20 por ciento.

La rigidez del sistema ha llevado a muchos padres a utilizar estrategias para saltarse la Carta Escolar que distribuye a los escolares por razón del domicilio y no por el derecho de los padres a elegir colegios. Por ejemplo, elegir un idioma o una asignatura que solo se imparte en determinados centros o inscribirse en el censo en casa de un pariente. Así, al pasar a la enseñanza secundaria a los 11 años, el 10 por ciento de los alumnos de la enseñanza pública está inscrito en un colegio distinto del que les correspondería por su domicilio. La Carta Escolar no regula la admisión en los centros concertados, subvencionados bajo contrato con el Estado.

El gobierno de Sarkozy cree que el actual modelo educativo impide la libre elección de escuela por las familias y no ha favorecido la mezcla social. Como cada vez hay más separación social por el barrio de residencia, la adjudicación de escuela según el domicilio contribuye a reforzarla. Así, las familias con menos ingresos quedan atrapadas en escuelas más conflictivas y con menor nivel académico.

El ministro ha dicho a la Federación de Padres de Alumnos de la Enseñanza Pública que desea acabar con las escuelas gueto. Es preciso que la excelencia esté al alcance de todos. No quiere un gran mercado liberal de la educación, sino una escuela más justa.

La líder socialista Segolène Royal ha manifestado una actitud más abierta que la de su partido, propugnando que se permita elegir entre dos o tres centros. Ahora los socialistas franceses acusan al ministro de querer transformar el sistema escolar en una jungla competitiva.

Clemente Ferrer Roselló

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